Equipamiento

Al plantear el equipo que llevar en un viaje a tal lugar como Mongolia, hay dos factores que se convierten en premisas básicas: autonomía y ligereza. Siempre lo son pero adquieren protagonismo especial en un sitio en el que las infraestructuras son escasas. Además, ambos factores son interdependientes: la necesidad de autonomía eleva a imprescindible la atención al peso.

Autonomía

En Mongolia, es necesario ser autosuficiente en más aspectos y/o por periodos más extensos que lo habitual en lugares más habitados: alojamiento, repuestos, combustible… todo corre de nuestra cuenta. También los suministros básicos (comida y agua) pueden necesitar de una autonomía si no completa sí considerablemente larga.

Es necesario llevar equipo completo de acampada, material de cocina, ropa para afrontar cualquier circunstancia esperable, repuestos para todo lo que se pueda romper y herramientas para arreglarlo.

Ligereza

Siempre conviene viajar ligero; siquiera por el simple y obvio hecho de que es más cómodo. En ocasiones, se convierte en una necesidad crucial: llevar todo lo mencionado arriba puede sumar mucho peso y eso no sólo no es cómodo sino que puede comprometer el propio viaje en forma de averías mecánicas (de la bici o hasta del propio cuerpo ciclista) difíciles de arreglar.

Para viajar ligero, haremos la habitual auditoría que produzca un equipo minimalista e integrado que aporte toda la funcionalidad necesaria y, a la vez, pese poco.

A continuación, comentamos algunas partes concretas:

Sistema de acampada

Basado en el sistema Hex 3 de Golite, con algunas modificaciones para hacerlo más versátil y ligero. El (sistema) Hex 3 se basa en un toldo piramidal simétrico de 6 lados y un mástil central. Ofrece funcionalidad, espacio y ligereza: todo junto. Es difícil encontrar esas tres características reunidas y suele ser necesario renunciar en buen modo a una de ellas. Y lo mejor es que no hay medias tintas: la Hex 3 es muy buena en todo.

Hex 3 en la alfombra mongola

Funcionalidad

Las características funcionales de la tienda Hex 3 son su resistencia a las malas condiciones y su facilidad de montaje. La forma piramidal es muy aerodinámica porque concentra la mayor parte de su área cerca del suelo, donde la fuerza del viento es menor, y ofrece un perfil muy discreto en su parte alta. Además, su orientación es independiente de la dirección del viento, aunque conviene colocar la apertura a sotavento.

La facilidad de montaje es algo más discutible porque requiere cierta práctica y depende del poder de agarre de las 6 piquetas que necesita como mínimo, lo que puede suponer un problema en cierto tipo de suelos. El factor clave, el montaje en condiciones de mal tiempo, es algo en lo que sale relativamente bien parada aunque puede ser muy complicado si el viento es muy fuerte.

Espacio

Anunciada como una tienda para tres personas (lo que es técnicamente posible pero no muy cómodo), resulta perfecta y amplia para dos y sus equipajes. El área del suelo es muy grande y hay espacio de sobra para manejarse con holgura aunque este espacio disminuye rápidamente según se gana altura a causa de la inclinación de las paredes. Junto al mástil, una persona no muy alta puede casi ponerse de pie.

Aunque no cuenta con vestíbulo, su carácter modular (suelo y lona no están cosidos entre sí) permite improvisar una zona que funcione como vestíbulo sólo con replegar el suelo. Esto es útil para cocinar o para almacenar cosas sucias o mojadas.

Espacio interior. Suelo parcialmente replegado para formar vestíbulo de fortuna

Ligereza

La tienda completa pesa 1728 gr, que se desglosan así:

Lona: 875 gr.

Suelo: 318 gr.

Mástil: 360 gr.

Piquetas: 150 gr.

Bolsa: 25 gr.

El desglose no es gratuito ni meramente estético: esta es una tienda modular y se puede prescindir de alguno de los elementos sin pérdida de funcionalidad aparente (véase comentario sobre el mástil, a continuación) o asumiendo ciertos compromisos.

La bolsa es técnicamente prescindible pero viene bien para organizar la carga y contener la humedad si la tienda se recoge mojada.

Las piquetas consisten en un juego de 11 de las que 6 se utilizarán en puntos de anclaje principales y las otras 5, en puntos de anclaje secundarios. Las 6 piquetas principales, tal cual hemos utilizado en este viaje y como procedimiento habitual con esta tienda, son más consistentes y tienen más poder de agarre que las otras.

El suelo es una copia hecha en casa de la versión comercial porque ésta es muy pesada (más del doble). Se ha fabricado otra con materiales más ligeros.

La lona principal, en origen, es más ligera pero ha aumentado su peso a causa de la adición de un faldón de red para hacer el conjunto a prueba de insectos (voladores y caminadores).

El mástil es técnicamente prescindible y sustituible por otros elementos de soporte vertical: en actividades a pie, se pueden usar bastones, si se llevan; en bicicleta, es más difícil encontrar un apaño y optamos por llevar el mástil de serie que, además, tiene la ventaja de ser muy robusto.

Almacenamiento compacto

En el viaje en bici, el volumen del equipaje es un factor de mucha importancia; especialmente, si se usan alforjas porque, al ser dos (y estar, por tanto, el espacio de almacenamiento dividido en dos), no hay un gran espacio diáfano, como sucede en una clásica mochila, en el que guardar los bultos.

Muchas tiendas típicas no caben en una alforja y suele hacer falta recurrir a llevarlas encima del portabultos; no es ninguna catástrofe pero es otro bulto que asegurar y una posición que eleva el centro de gravedad de la carga. Y, si el objetivo es meterlo todo en las alforjas, viene bien tener una tienda que, una vez plegada, ocupe poco; así de poco:

Pirámide para dos

El mástil, una vez plegado, también entra en el espacio de una alforja.

Desventajas

La Hex 3 es una tienda monocapa, lo que la hace más sensible a la condensación que las más típicas tiendas de doble pared. Su amplio espacio interior hace que esto no sea un problema grave. Por lo mismo, es una tienda con peor aislamiento térmico que una de doble pared, aunque la importancia de esto en condiciones estivales o de tres estaciones es escasa.

La entrada no está protegida por lo que, en condiciones de precipitación, es importante entrar y salir con diligencia para evitar que se introduzca mucha humedad.

El área que ocupa es relativamente grande, lo que puede ser un problema para la instalación en según qué sitios pero, desde luego, no en Mongolia. Por otra parte, no tiene ningún punto de anclaje más allá de su propio perímetro.

Valoración

La Hex 3 no es una tienda de cuatro estaciones pero aún así es utilizable en condiciones invernales si no son muy extremas. Por lo mismo, es una excelente opción todo-terreno para condiciones de tres estaciones. En el verano de Mongolia, tuvo que soportar lluvia intensa y viento fuerte; a veces, unidos. E incluso algo de nieve (aunque la acumulación fue casi nula). Soportó todo muy bien aunque su resistencia al viento depende en buena medida de un correcto montaje: simétrico y que reparta bien las tensiones.

Alguno de los suelos en los que la tuvimos que instalar en Mongolia era arenoso y suelto y esto provocó problemas para el agarre de las piquetas. No había apenas rocas alrededor para usar como peso. Afortunadamente, no hizo falta recurrir a enterrar algún elemento que hiciera de ancla pero esta habría sido la solución si la situación hubiera coincidido con algún episodio ventoso.

La Hex 3 es una tienda simple, ligera, espaciosa y robusta. Confiamos plenamente en ella, tras varios años de uso en condiciones variadas. Nos dio muchas noches tranquilas en la estepa mongola. En una ocasión, y a causa del mal tiempo, tuvimos que pasarnos dos días seguidos guarecidos en ella: no sólo soportó perfectamente las malas condiciones sino que, además, nos ofreció un lugar con la amplitud suficiente para estar allí con razonable comodidad.

Saco de dormir

Sin entrar en tecnicismos sobre los modelos concretos, la estrategia consiste en utilizar sacos compactos, ajustados a las temperaturas esperables y con la amplitud suficiente para complementarlos con ropa en caso de temperaturas más bajas; es decir, programamos pensando no en las temperaturas más bajas posibles sino en las medias, lo que redunda en sacos no demasiado gruesos. Un saco grueso sería pesado y voluminoso y, probablemente, excesivo para muchas de las noches.

Otra parte de la estrategia es utilizar sacos de la mejor calidad posible. En el mundo de los sacos de dormir, la calidad se traduce directamente en funcionalidad.

Utilizamos pluma, cuyas prestaciones son considerablemente superiores a cualquier otra cosa, a pesar de la habitual y cansina propaganda que pueda pretender decir lo contrario. Pluma de la mejor calidad razonablemente posible y materiales textiles ligeros y específicos para sacos pensados para pesar lo menos posible.

Marmot Hydrogen: 588 gr

Nunatak Arc-Specialist: 430 gr

Hydrogen y Arc-Specialist

Cocina

En un sitio como Mongolia, no es fácil encontrar un combustible que no sea gasolina o algún otro hidrocarburo pesado, que no es el combustible más cómodo de manejar y requiere hornillos de peso relativamente alto. De entre las alternativas típicas, el alcohol no parece viable por falta de disponibilidad aunque no lo comprobamos in situ. El gas butano/propano sí se puede encontrar pero, probablemente, sólo en la capital y, también probablemente, sólo en una cierta tienda especializada… condiciones un tanto restrictivas pero que encajan bien en mi estrategia habitual  para el combustible: llevar todo el necesario desde el principio.

Esto tiene la desventaja obvia del peso (sería más óptimo repostar por el camino) pero la aún más obvia ventaja de que el problema del reaprovisionamiento desaparece. En un sitio como Mongolia, esto es algo muy bueno. Por otra parte, el gas butano/propano, con su alto poder energético y combinado con mi habitual estrategia de ahorro de combustible, permite que la cantidad necesaria sea lo suficientemente reducida como para que no sea muy gravosa: cocinar para dos personas durante 4 semanas se solventaría con una bombona mediana (250 gr. de gas)… sin embargo, dado el relativamente alto grado de incertidumbre del viaje, preferimos jugar con colchón y salimos de Ulan Bator con una bombona grande (500 gr. de gas) con la cuasi-certeza de que sobrará más de la mitad y la seguridad de que esa será la última vez que busquemos combustible.

Como quemador, utilizamos uno simple y ligero, más que suficiente para la tarea de alimentar a dos personas: Coleman F1 Ultralight, 77 gr.

El F1 Ultralight es ya un clásico pero las novedades del mercado no le han dejado muy atrás.

Cocinar para dos personas no requiere un cazo grande; de hecho, nos basta con uno de 0.85 litros. Aplicamos la técnica de la cocina en bolsa que, a la vez que posibilita usar un cazo pequeño, contribuye a ahorrar combustible. En este viaje, llevaremos un segundo cazo, más pequeño, de 0.6 litros para que cada cual tenga su “taza”. En titanio, estos cazos pesan 90 y 86 gr, respectivamente.

Cocina ultraligera

Para más información sobre el apasionante (es un decir…) mundo de la cocina simple y ligera (de peso de los utensilios, que ¡no de calorías!), nuestra web hermana Viajarapie tiene mucha información al respecto.

Hidratación

Un tema menos trivial de lo que pueda parecer; especialmente, cuando se viaja con la incertidumbre de no tener claro cómo va a ser el abastecimiento de agua y, por tanto, cuánta puede hacer falta llevar encima.

La solución ligera es, como de costumbre, la solución simple: un par de botellas “aplastables” grandes (de 6 y 2 litros, respectivamente, para usar lo que ya había por casa y aunar capacidad con manejabilidad) y otro par de, en este caso, botellas corrientes para llevar en el porta-bidón del cuadro y tener agua a mano sobre la marcha. 10 litros en total de capacidad máxima para dos personas. Si, puntualmente, nos hacía falta llevar más, usaríamos (como, de hecho, hicimos) botellas desechables.

Las botellas “aplastables” son Platypus: un tanto caras pero resistentes y que no dejan sabor en el agua. No entiendo por qué hay botellas que dan al agua sabor a plástico (pero las hay…) Huimos intencionadamente de complejos sistemas de hidratación que no hacen más que sumar peso. El valor añadido de las Platypus (o similares) no está en ningún sistema de tubos y válvulas sino en el hecho de que son botellas muy ligeras y que, una vez vacías, se almacenan sin ocupar apenas espacio. En el viaje en bici, el espacio de almacenaje es un bien escaso.

Las botellas para el porta-bidón son botellas “normales”, recicladas de alguna bebida, de un litro de capacidad y razonablemente ligeras. Los bidones estándar son pequeños, pesados y (por alguna razón que tampoco entiendo) también suelen dejar sabor a plástico en el agua.

Platypus de 6 litros: 85 gr.

Platypus de 2 litros: 40 gr.

Botella genérica de 1 litro: 38 gr

Por comparación, un bidón típico de ½ litro suele pesar en torno a 60 gr.

Aquí caben 10 litros

En cuanto a la calidad y procedencia del agua disponible, no teníamos claro cuáles iban a ser. En la práctica, encontramos durante la ruta más agua embotellada de la que hubiéramos esperado (si hubiéramos esperado algo…) pero, ante la falta de información al respecto, íbamos preparados para obtener agua de donde fuera; y toda la que hiciera falta.

Para ello, llevábamos tanto purificadores químicos como métodos físicos de barrera. Los químicos son livianos pero tienen un tiempo de contacto y la cantidad de agua que se puede obtener está limitada por el número de (en este caso) pastillas que lleváramos. Para evitar ambas limitaciones, llevábamos también un filtro cerámico: un tanto pesado y voluminoso pero capaz de convertir en agua limpia un charco barroso, si hace falta. Y al momento.

Pastillas de tipos diferentes para potencia y tiempos de contacto diversos

Rara vez combino ambos métodos; normalmente, con uno basta (y, casi siempre, sobra) pero, en este caso, y dado que no sabíamos qué esperar, nos pareció prudente. A la postre, encontramos agua embotellada con la regularidad suficiente como para que los métodos de potabilización fueran poco más que un plan de contingencia; y, en cualquier caso, el agua de ríos y arroyos que recogimos era lo suficientemente clara como para que con métodos químicos hubiera bastado. Es muy posible que en otras zonas del país u otras épocas sí convenga llevar un filtro.

Filtrando agua de un arroyo en una zona con abundante ganado

Herramientas y repuestos

En Mongolia, no podemos contar con encontrar repuestos para las bicicletas; ni siquiera de lo más elemental porque, de haberlo, es muy posible que ni siquiera sea compatible con nuestro material. Esto implica que hay que procurar no romper nada; y que hay que llevar repuestos de todo lo que se pueda romper y queramos poder sustituir.

Tampoco podemos esperar encontrar herramientas específicas y, en cualquier caso, las averías van a poder suceder en cualquier sitio. Y, en Mongolia, casi todas las papeletas las tiene un sitio alejado de las herramientas que no lleves contigo.

La conclusión es que, siguiendo el paradigma de la autonomía, con la mecánica también hay que esperar ser autónomo. Como no vamos a poder cubrir cualquier circunstancia, hay que alcanzar compromisos.

Herramientas y repuestos para un mes en Mongolia

(Bulto que pesa 1100 gr. y que no incluye los radios de respuesto: otros 75 gr. por 10 radios; ni dos cámaras extra: 155 gr. cada una).

No llevamos repuestos para cualquier cosa que se pueda romper; además de un par de cámaras y muchos parches, llevamos unos cuantos radios. Podría haber sido razonable cargar con alguna cubierta pero hemos contado con empezar viaje con unas nuevas y de buena calidad. En cualquier caso, una cubierta rota es algo reparable. Llevamos también cables de freno (2 por cabeza) y cambio (1 por cabeza) y algún eslabón extra para la cadena. Todo ello bastante compacto y de poco peso. Si se rompiera alguna cosa más, habría que echarle imaginación y/o buscar ayuda. O abortar el viaje.

Con las herramientas, el compromiso es sencillo: llaves para todos los tipos y tamaños de tornillos y tuercas y para los radios, además de destornilladores planos y de estrella; todo esto, incluido en una multi-herramienta. Un extractor de cassette, imprescindible para poder cambiar radios de la mitad derecha de la rueda trasera. Por desgracia (vulgo, por ley de Murcia), nuestras bicis tienen cassettes diferentes y tuvimos que llevar dos extractores diferentes pero no nos pareció que mereciera la pena cambiar a priori uno de los cassettes y todo el mecanismo de cambio de una de las bicis sólo por eso.

Además, llevábamos una buena cantidad de tornillería selecta según las necesidades de ambas bicis; una pareja de desmontadores, un juego de bridas de plástico y, como colchón multiusos, una llave inglesa: elemento redundante, lo sé, pero es una herramienta extremadamente versátil y, al final, siempre parece que acabo usándola; llave inglesa, eso sí, cuidadosamente elegida para ser lo más pequeña posible dado el tamaño de tuercas que puede necesitar tratar.

Herramientas y repuestos para un mes en Mongolia, segunda parte

Los radios se han colado en la foto (no iban en el estuche porque, a pesar de que la perspectiva pueda hacer parecer otra cosa, no caben por longitud). El cepillo de dientes de cabeza negra estaba ahí para limpiar la cadena.

A la postre, no tuvimos que arreglar nada. Mejor así.